28.12.08

Letargo


"We jog through the older past of River Oaks, where the original oil families have had their big spreads for two and three generation...I love the mornings running past that rose garden with Jamie". Habla Billy de sus paseos corriendo por las zonas residenciales de Houston. Al viejo Zuckerman en Exit Ghost no le interesan Houston ni por donde corren. Le interesa Jamie que le ha despertado parte de lo que fue, un "male youth... blind with self-confidence and the virtue of knowing what matters most". Decrépito, piensa o intuye que revivirá mientras ella corre como si las gatas corrieran con su enamorado marido. Muñoz Molina "imagina a veces un tipo de escritura que tenga el equilibrio entre libertad y propósito que hay en una buena caminata: un impulso rítmico hacia delante y al mismo tiempo un dejarse llevar por las divagaciones y las incitaciones que se van encontrando". Mientras, los demás empiezan a desaletargarse de las pesadas sobremesas y el calor engañoso que amortigua el deseo del aire, del asfalto y de la tierra y sueñan con horizontes diáfanos y kilómetros de ritmo mantenido y, si es posible, exhultante. La divagación y la observación son lejanos apéndices del deseo que el viejo no quiere perder. El deseo es también un eco de escepticismos voluntariosos que se presenta la tarde del domingo, insospechado.

21.12.08

Introspección II


A falta de andares o carreras y pasadas las gripes, otros estímulos rondan la imaginación. Falta muy poco para los días especialmente digestivos y sin viaje en lontananza hay otros recurso que suplen trotes lejanos. En este caso es el álbum de flickr Tipografía regional. Fantástico recorrido por más estéticas que se están yendo sin ser todavía pasto de erudición o de patrimonialización. El trabajo es sobre tipografías, aparentemente, pero es a su vez el inicio de una indagación sobre el paso del tiempo, el paso de las modas y el paso de las costumbres. Parece que en Pontevedra, donde estuve hace no tantos años en período de barbecho corredor, se conservan mejor las que ahora pueden considerarse las sempiternas esencias de la ciudad o los "genius locii" mejor que en otro sitios como la mía, donde su desaparición ha sido fomentada de manera sistemática. No obstante, ese regusto antiguo se puede encontrar. Sólo hay que buscarlo fuera de la pretendida viveza de la escritura del comercio. Circula por la tarde por mis barrios, por los que son o por los que van a desaparecer dentro de poco y el perfume rancio de la tarde de invierno anudará tu esfuerzo y acogotará tu espíritu. Son esos los restos de un pasado que empieza a ser lejano pero que sigue pesando lento, muerto y pobre en los desconchados de las paredes y en las fachadas restauradas.

13.12.08

Introspección

Encuentro a los de los lugares olvidados y a los de lo mismo en Holanda y en inglés. Leo los blogs, veo las fotos y me intimido en un inicio. Hay estética actual y actitudes contemporáneas. Algunas imágenes son espectaculares.
El otro día viajábamos en el tren y percibíamos la misma longitud de onda: territorios desolados entre cables, hormigón y acero. El verde intenta aparecer siempre, el graffiti es consustancial y la suciedad parece una impostura. Siempre el sol es claro.
Reviso lo escrito estos años y no hay nada que se le parezca. No obstante, el paisaje me resulta familiar. He recorrido parques a la tarde y a la mañana, puertos y playas, urbanizaciones y murallas, centros de ciudad y polígonos industriales. No me adentré por parajes inexplorados y si lo hice fue con aprensión y sin voluntad de ver, sólo huir. He visto la foto inversa de las industrias y de los cementerios industriales olvidados simplemente unos años antes. Es la sensación de las mañanas extrañas en los países raros. Hay algo lejano pero común con las investigaciones y las fotos del idolatrado W.G. Sebald, o al menos eso es lo que me hubiera gustado haber hallado. Faltaron tiempo, talento y ganas.
El pretencio es lo que tiene.

11.12.08

El embudo. Vielha

Voy desde Baqueira a Vielha. El camino es hacia abajo. Engaña la aparente facilidad del paso y de los tiempos intermedios. No se sabe si es preferible ir más rápido o controlar. Correr más rápido o correr de manera regular. Es ese el dilema del embudo. El camino va junto al río. Siempre hacia abajo. Las escasas subidas son engañosas porque detrás de ellas sólo queda la bajada. El sol de invierno prueba de calentar, pero no puede ir más allá del intento. Los coches pasan de frente a más de un metro de distancia. El camino es seguro pero en una rotonda uno pasa muy cerca. Tengo una cierta urgencia por llegar. Es cierto que los músculos, no acostumbrados a tanta bajada, se resienten. No llegaré nunca al umbral óptimo de trotar y desaparecer, trotar y gozar. Mi cabeza y mi estómago perciben el embudo. Las montañas están engulléndome como desde el inicio de todo esto.

29.11.08

Traspessoana. Bruselas

Cada vez que voy en el metro de Bruselas busco una frase de Pessoa que decora las paredes de una estación. Decía algo así como “Odio viajar, sólo el paseo vale” o “Yo no viajo, paseo indolente” o “Viajar es el fracaso, pasear es la vida”. Ninguna de ellas suena bien, mientras que en mi recuerdo, la de Pessoa era rotunda y clara. Tengo en casa la poesía completa del portugués y la de heterónomos pero no he tenido la constancia de rastrear en sus libros la frase. Queda desaparecida en la ciudad europea. A lo mejor ha desaparecido tras un nuevo mural o una intervención artística más acorde con los gustos actuales o ha sido grafiteada o se ha borrado por la mala calidad de la pintura. Puede también que la estación haya sido suprimida.

Ni encuentro la frase ni sé combinar el viaje y el paseo de esa manera brillante y reveladora. Dudo de mi recuerdo y la busco, ya fuera del metro, en los laterales de los muros, en las inscripciones de mármol del parque de Bruselas, en la Comisión, en el Consejo, en la OTAN y en la Catedral en que coronaron a Carlos y no hallo el más mínimo rastro. Me encierro en mi túnel a la espera de encontrar la frase que me deslumbró, que me alumbrara y que me alumbrará quizás.

20.11.08

¿Profecía autocumplida? Bremen


Quedan apenas tres horas para salir al ruedo de Bremem. Muy pocos grados, una lluvia molesta y la tempestad que acecha. Muy pocas ganas. Tengo delante un mapa de la ciudad y una página web que te ayuda con los recorridos que los colegas corredores de por aquí han tenido la paciencia de compartir.
Me veo saliendo con un trozo de mapa recortado que con guantes manejo con dificultad y me pongo como objetivo, cruzando el río, la estatua de los célebres músicos, una foto antigua de mi enciclopedia infantil. Paso por calles mojadas, sorteo vías de tranvías y veo las tiendas cerradas, tristes como el invierno europeo, mientras intento coger ritmo. Llego a la estatua, la rodeo antes de parar y me queda esa impresión triste y alegre de hacer real algo que te ha acompañado siempre metido en algún recodo de la memoria. Me pasó lo mismo con el Redentor de Río, quizás por la foto de la misma enciclopedia. A la vuelta, ya conozco las calles y puedo cobrar un ritmo adecuado. No subiré a la página web alemana un recorrido que no he hecho todavía. Quizás lo haga mañana cuando haya corrido de verdad.

____

Tres horas más tarde:

La foto demuestra el autocumplimiento profético

8.11.08

El búho verde. Viena


Se puede correr (se corre) con escuadra y cartabón, controlando el tiempo, los kilómetros, las pisadas y los recorridos o no. No obstante, a veces hay espacio para la aventura urbana, el descubrimiento, la sorpresa, la angustia o la alegría. Poco te puede pasar en el fondo aparte de perderte y volver sobre tus pasos. Peor sería un accidente o un que un perro te muerda.
Después del ejercicio, recorrí la zona que hubiera tenido que recorrer naturalmente: el magnífico jardín inclinado delante del Belvedere con su rectángulo de casi un kilómetro de diámetro. Allí hombres y mujeres corren bien equipados (demasiado) mientras los turistas hacen sus fotos delante de las esfinges de cuerpo de león y caras como operadas. Mi destino era el Danubio y así lo busqué en línea recta directa desde donde me alojaba. Las sensaciones eran las mismas que en Graz pero esta vez el recorrido es netamente urbano Paso junto al mercado que demuestra que Austria no es Alemania y después por las calles que rodean la catedral de San Esteban. Allí aparece el gran río, el río de Magris que después encontré en Budapest y en Ulm y antes había visto en Rumanía. Emprendo el camino por una de sus márgenes desoladas. Nadie estaba allí, ni paseantes ni ciclistas ni corredores. Sólo los grandes barcos sobre la negra superficie.
Paso delante del Búho Verde (escrito así, en castellano), un bar típico de ríos y turistas (Traumhafte Stimmung, ideal zum Entspannen). Ellos me miran pasar pero después siento como si clavaran sus ojos detrás mío, como si me vigilaran porque no había respetado un sitio al que no me habían invitado. Aprensiones plomizas en la mañana desordenada. En el Belvedere miro la esfinge y dedico tres minutos a abismarme en los insondables misterios de la existencia hasta que el apetito me despierta. Hace mucho frío en la mañana imperial.

Viena.15-10-05

30.10.08

La luz del eclipse.Graz


Vuelta a Graz después de dos años. El mismo río Mur y la ciudad consolidada en sus nuevos monumentos después de la capitalidad cultural de Europa. Aún parece que lo quieran seguir siendo para figurar en el llamado entorno global. Dignidad del afluente del Danubio, de aguas negras y perfectas calzadas para correr. Mañana fría pero despejada y el ritmo recuperado después de mucho tiempo. El otoño anunciándose por fin. El recorrido repetido (y recordado) hasta pasar el bar junto al primer campo. El ritmo concentrado aún siendo muy pronto. Algunos corren, la mayoría va en bicicleta. Muchos no tocan el manillar. Velocidad del bienestar. De repente la niebla, la niebla del río, la niebla de Ulm y la luz del eclipse, la luz de las campiñas del pintor inglés. El raro silencio y la soledad plena al fin. El corazón vuelto a los ritmos del esfuerzo y la concentración. Un raro espejismo y la vuelta, otra vez la niebla del río Mur, el bar en el inicio de los campos, la calle marcada por las bicicletas y el tráfico respetuoso. El retorno a la humedad del otoño.El retorno al centro de Europa.
Graz- 13.10.05

20.10.08

El idilio. Paxos-Antipaxos


Cuando llega el idilio, porque el idilio nunca se alcanza, simplemente llega, se sabe que es tan efímero, que pasa y al instante no te das cuenta sino después, a veces mucho después. Por eso es tan importante captarlo y decirlo (o escribirlo) y saborearlo en su débil duración. Como ocurre cuando su forma es alcanzable, y los kilómetros se suceden con total facilidad, que los minutos caen mientras el cuerpo está fuerte, despierto, poderoso. En Paxos las piernas y las lumbares continúan débiles ante el atracón de postal mediterránea, de verdadero recuerdo durrelliano, Próspero mediante, de pinos, cipreses, encinas y demás, del azul turquesa y de todas las obviedades turísticas y ante el primer viento fresco que canta el fin del verano y el inicio de la temporada real, del frío y de la luz escasa.
Las ovejas cruzan el camino hacia Gaios. Gallos y gallinas son parte inconmovible del paisaje privado de las casas, como los gatos, los olivos y las barcas en secano, dispuestas orgullosas en cada porche. Pocas cosas se construyen en el camino ondulado y polvoriento, de cuestas y descensos. Lo importante estaba fuera del camino y del esfuerzo. Y fue un austríaco y una sueca quienes lo vieron. Quedo para siempre agradecido, Gert y Anne-Marie.
Paxos-Antipaxos. Grecia. 25-09-05

10.10.08

La lentitud de los parques (en reconstrucción). Atenas


Le doy la vuelta a un título que siempre me había hecho gracia: La velocidad de los jardines. Lo tomo semiprestado porque aunque no he leído el libro siempre me ha hecho gracia. También podía haber dicho “Todos los parques, el parque” pero el otro me suena más en liza con las modas tituladoras. El parque de Pedion Areos representa una considerable extensión de terreno sin restos arqueológicos apreciables en pleno centro de la otra ciudad maratoniana, que es Atenas. Es un pastiche de diversos “ambientes” cercenado por unas obras que amenazan la eternidad. Lo que vi fue exactamente medio parque. Allí los espacios infantiles están lejos de la amplia pineda para defecaciones y corridas caninas, la entrada pretendidamente grandilocuente convive con sitios con cierto encanto y la plaza central es como una extensión de una pista de skaters por la cantidad de cemento invertida. Ese estilo soviético tuvo realmente momentos expansionistas. Así como el parque no tiene nada realmente especial, el paisanaje observado después de tres vueltas es la muestra de la diversidad tópica esperable. Los viejos de las nudosas manos matan pitos dobles observados por las viejas de negro sentadas bajo el olivo mientras los jóvenes intentan improbables acrobacias “parcour”. Un militar baja la basura del cuartel. El patriarca que habla por el móvil se cruza con los señores maduros que flirtean con otros señores maduros. Padres y madres vigilan en los cotos infantiles a sus hijos. Los albanos, rumanos, pakistaníes y bangladeshís hablan en sus bancos tranquilamente.o ven la tarde pasar. Entablo conversación con otro corredor que en un esforzado francés me indica un posible itinerario.Cuento un total de 4 personas corriendo, récord a la baja a las 18.00 en cualquier parque del mundo occidental. En el día de huelga general nacional, el parque es lo que siempre ha aspirado a ser, un remanso donde se cuela el tiempo. No he visto ninguna pareja en ningún banco haciendo lo que se espera con las hormonas revoltosas. No hay en el parque más emoción que la noche que caerá. Me pregunto como Tolstoi si la tranquilidad es una bajeza moral mientras vuelvo rendido, cautivo y desarmado hacia el hotel.

Albania desde las villas


Pronúnciese villas a la inglesa, la casi f al principio y la ll como la bella italiana con el acento cargado en una a más abierta. Subiendo y bajando sobre la ciudad de Kalami, el pueblo desde donde Lawrence Durrell se inventó la mítica corfuota, las villas eran el elemento fuerte del paisaje: olvidémonos de los cipreses, de los pinos y de los olivos entreverados con los lentiscos y las especies del sotobosque, olvidémonos del limpio aire y de las fragancias de la vegetación que eran bien ciertas. Desde las villas, pero también desde la costa o desde el camino sudoroso, las únicas vistas son las de la costa de Albania, el país más pobre de Europa.
Las gotas caen como plomo. No se oye ni la chicharra. Las piernas se endurecen y el ritmo se lentifica. Llega la carretera general a un grupo de casas. Ahora no son villas sino casas pequeñas, mal diseñadas y peor construidas. Grecia tiene las plantas mejor cuidadas del mundo que conozco. Estos jardineros caseros son expertos en ubicar cualquier tipo de recipiente para que crezca el verde en medio de la precariedad. Hay un aviso en un poste. Es una esquela prendida con grapas. El siguiente poste no tiene esquela sino muchísimas grapas, algunas oxidadas. Sigo corriendo cuesta abajo, la hinchazón de las piernas baja, los latidos se acompasan, siguen las lumbares fastidiadas. Llego a las playas desde donde partí, estiro y pienso que Durrell tuvo suerte. Mientras me como el reparador bocadillo de mortadela, un batallón de squads queda aparcado, casi mecido por las olas, a la sombra de una villa costera.

Corfú, 21-09-05

28.9.08

Loco, una inspiración. Tres Turons. Barcelona

Pues para quien no lo haya leído, a la izquierda de este blog, al final, hay un texto de un señor uruguayo, Marciano Durán, que es quien aparece en la derecha de la imagen, y que hace algo así como una especie de monólogos que publica en libros que son superventas en su "paisito" y que te hacen reir y a la vez te hacen pensar (y recordar, que es otra forma del pensamiento) aunque él diga que es humor uruguayo. Corre por ahí un texto suyo atribuido a Eduardo Galeano, desechando lo desechable, que es una mezcla entre nostalgia y mala baba que quitaba el frío de la tarde-noche barcelonesa en que lo presentaba en la Asociación de Uruguayos de Catalunya y era capaz de poner las pilas suficientes para afrontar la carrera del día siguiente, el II Cross Tres Turons. Muy pocos corredores, vistas excelentes, y la misma historia que el año pasado, poco más o menos.
Prometí que juntaría un hecho y otro, la conferencia y la carrera, y acaso intentar alguna relación, algún merodeo irónico. Nada de nada. Es dominlunes, como por lo visto dicen los uruguayos (o acaso es una broma), esto es, domingo por la tarde y hay que afrontar la semana, que esta vez será a escasos metros de donde la presentación, para hablar de interculturalidad, cultura y museos. Ayer me despedía con el aroma feroz del asado austral y ahora me espera la pizza, nuestra particular hostia dominical. Ayer estaba en Uruguay, hoy en mis montañas, mañana en medio del cansancio europeo.
El curso ha empezado definitivamente mejor que otros, aunque yo mismo no me lo crea.

20.9.08

El Agua




Meo (orino). Bebo en casa y salgo. Saludo a las nubes. Transpiro(rae: exudar a través del tegumento). Ingiero en la fuente. Sudo (rae: empapar en sudor, destilar agua a través de los poros). Piso un charco. Vuelvo a beber en la fuente. Sudo mucho más. Empapo la ropa que meto en la lavadora. Bebo una bebida isotónica mientras estiro. Caen gotas de mi clareante cabeza sobre mis pies húmedos. Caen cuatro gotas desde el cielo. Me ducho. Bebo café, leche y zumo de naranja. Hablo y ensalivo. Salgo a la calle. Evoco (¡qué horror de palabra!) la canción de Steely Dan:

I'm going insane
laughing in the frozen rain
I'm so alone,
When they gonna send me home?

El cole ya empezó. La mañana es un estado de ánimo errante y otro fluyente.
Donald Fagen, pianista y cantante del vídeo, parece un Stevie Wonder barbudo, blanco y judío sin quererlo. Walter Becker, el guitarrista, un violinista reciclado.
Se vuelven locos y se ríen en la fría lluvia. Nunca lo hubiera dicho. Sé que sudan y se ríen. Es el otoño.


14.9.08

Vuelvo al sur.Llego al sur

Eso decía la dulce voz aflamencada en la canción de regreso a otro amor improbable y a la infancia eterna. Eso me decía cuando probé conscientemente la receta del sol en su más directa distancia, a la hora del fulgor. Entonces sí que me acongojaba y me cegaba, pero no de pasión. Correr a las tres de la tarde y 34 grados. Otro día eran las ocho y 31 grados, los más las diez y 29 grados.


Vuelvo al norte (?). Recorro la acostumbrada Ronda de Dalt y repito los ritos ceremoniales: el mismo trayecto, la hora habitual y los dispositivos tecnológicos preparados. Vuelvo al sur con la canción y a la hora extrema y a la sensación inaudita. Salgo de la Ronda por una curva de 180 grados. A sus lados conserva la vegetación urbana habitual, restos de serie de arbustos, media zarza, plásticos esparcidos. Allí he visto u oído la vida animal de la ciudad: ratas, gorriones, lagartijas, palomas, cucarachas y me he alegrado cada vez que los he descubierto. Jamás vi una liebre.

1.9.08

Imaginá que un día

Imaginá que un día te siguen la familia, los amigos y los compañeros de manera religiosa.
Imaginá que un día los cercanos, los vecinos, los allegados, los de oídas y los de rebote conocen
tu firme pluma, recio pensamiento y finas matizaciones.
Imaginá que un día desconocidos de tu ciudad te reconocen, que los ignorantes de ti hasta ayer se acercan y hablan.
Imaginá que después son las gentes de tu país y de tu lengua quienes están pendientes hasta del más mínimo detalle.
Imaginá que sos traducido a extrañas lenguas.
Imaginá que primero sos relevante, más tarde influyente y finalmente condicionante.
Imaginá que sos una celebridad global por el blog de tus ratos libres.

Imaginá, "cantar mal et porfiar en ello".

27.8.08

SORPASSO. Rocca d’Arsiè. Monteriggioni.


Circulo dando vueltas a un camino de tierra fuera del pueblo fortificado de Monteriggioni en el ferragosto canicular. Es ya el tercer castillo al que circunvalo en Italia: uno era lombardo en Milán y otro era normando en Sicilia. Este es sienés, “senese”. Dante, en la Divina Comedia, disfraza sus murallas en gigantes míticos. Uno de ellos, el simpatiquísimo Anteo, derrotado del gran Hércules. Días después hago lo propio en el norte en el lago de la Rocca d’Arsié, en el Véneto, en las estribaciones de las Dolomitas. Me obligo a correr y a oír a Tom Waits y su famosa “Mule” porque no quiero perder la comba de la modernidad de los cuarentones dominantes. Veo (oigo) que la mitad de las canciones las podría cantar o firmar Bruce Springteen: la cosa no es para tanto. Me adentro en un camino que rodea el lago absorto en los nuevos acordes. Descubro una vegetación vagamente diferente a la prepirenaica hasta que, llevado por los prestigiosos acordes, las ortigas me asaltan y mis canillas se erizan abruptamente. Vuelvo tras mis pasos raudo y localizo algo de U2. Huyo del desasosiego de los círculos y de los ataques sorpresa. El verano está en su intermezzo.

26.7.08

Contertulianos y costumbrismo

Las viejas costumbres.
Costumbre, derrumbe, calambre, azumbre. Suenan las tres consonantes juntas en castellano.
Una calle, ese desvío, arriba, abajo, esfuerzo, el mismo sitio, el tío del otro día, ahora por allí, la rodilla, vigila el suelo.
Los años, los cambios, el recuerdo, los sitios, la memoria, los proyectos, los problemas.
Los temas, las personas, los hechos, los daños y los gozos.
Costumbre, derrumbe, calambre, azumbre. Verborrea alineada. Hablar como si no hubiera tiempo.
Desviarse, volver, saltar, descubrir, continuar, espantarse, retroceder, desviarse, desviarse, perderse.
Hablar sin más.

17.7.08

¿Envidia sana? Barrio de la Prosperitat. La Prospe. Barcelona


Los que íbamos juntos habíamos dejado de ser jóvenes hacía tiempo. Veníamos de otros barrios ex obreros, Carmelo, Horta, Los Quince, – Font d'en Fargas es otra cosa-. Fueron añadiéndose más hombres, más mujeres, más niños. Íbamos encandilados con la idea de competir con tantos no deportistas, con personas de muchas edades diferentes, contra los dos géneros. Estaríamos entre la mucha gente y entre el jaleo de los propios: tal que en las carreras populares de los domingos.

Teníamos aquella lejana excitación infantil del día de las excursiones porque sabíamos que el día iba a ser intenso: salir de casa, el deseo de que no lloviera, estar con los de tu clase fuera de ella, beber toda la coca cola de la cantimplora, volver rendidos. También queríamos revivir lo que escasamente habíamos tenido oportunidad de disfrutar, lo que nos habían escamoteado y lo que nos hemos escamoteado por imbéciles: una auténtica fiesta popular con mesas en la calle y ausencia de pregones.

Y así fue:

http://www.flickr.com/search/?q=prospe+beach

http://picasaweb.google.es/linuxbcn/ProspeBeach2008

http://picasaweb.google.es/pedro.cervera/Prospebeach200802

http://picasaweb.google.es/JAJANSKLINSKA/ProspeBeach2008FotosMamen

http://www.youtube.com/results?search_query=prospe+beach&search_type=&aq=f


Santa Prospe Beach es la verbena de Sant Joan de día

el triunfo del charneguismo realmente existente

la mejor fiesta de Barcelona

4.7.08

El becario templario. Limoges-Carcassone

Los productos del pato son fáciles en la ingesta y lentos en la digesta. Eso me recordaba mi estómago dando vueltas al parque temático de la Cité de Carcassone. Más que correr era un merodeo animado. Pero estaba contento de ver que algo del espíritu templario permanecía, no en los nuevos caballeros de la wikipedia, claro, sino en el donaire de los que tienen talento, buscan, hacen y siguen perseverando porque justamente creen en lo que saben.

No os perdáis lo que viene porque lo que hizo el caballero del manto blanco y la Cruz Roja me permite explicar en dos minutos lo que hago como excusa para correr por el mundo.

TROPICAL CONSULTORISM from tarantela on Vimeo.

El consultorismo tropical es el reverso de las murallas de Carcassone, de la rivera fantasmal y despoblada del rio Vienne en Limoges al atardecer, de las tardes de sopor en verano y en invierno, de las banderas de Europa que parecen sostenidas como la Europa misma, de los capítulos de gozo y de los momentos de nostalgia, del tanto tiempo perdido y del tanto tiempo aprendido. De la mantequilla. Cerca de Limoges, en Creuze, habían llevado casi deportados en los 60 a niños de la colonia francesa de Reunión con la idea de educarlos y de garantizar el futuro del pueblo . Fueron del trópico a la metrópoli para ser ciudadanos de la eterna Europa y ahora que son grandes, recuerdan.



Ahora volvemos al trópico para ver las estrellas y digerir más rápido, más alto, más fuerte.


PD: Mario, sé que el panegirismo no es tu estilo, pero es lo que hay.

25.6.08

Duelo al atardecer. Montagut. Girona


El carril bici, paralelo a la carretera comarcal, se ha construido sobre el camino de roderas de carros y tractores. Es un carril bici modesto pero digno: distancia europea e impolutos cedas el paso sobre el asfalto. Hay pivotes que hacen desistir a los demás vehículos.La fuente de diseño actual ahorma el agua de una fuente antigua. Hay sillones con vistas al horizonte y una vallita de madera para quitar el miedo. Es un camino civilizado que quiere comulgar con la lentitud de los lánguidos atardeceres. Pronto este camino se hará más grande y se enganchará a otros y a otros y a otros y las metrópolis tendrán un corredor para llegar a las reservas verdes en kilométricas y pausadas redes de asfalto para caminantes, corredores y ciclistas.

Veo a lo lejos un pastor, dos perros y su rebaño sobre una inmensa era y bajo la sombra de una nave industrial. No deja de mirarme desde que me ha visto. También yo le miro. No nos estudiamos ni creo que intentemos comprendernos. Simplemente no bajamos la mirada. Yo me siento extraño y hasta un poco avergonzado pero no quiero mirar a otro lado. Supongo que él tampoco. Llego al final del camino y esta vez sí le doy la espalda y empiezo a desandar el sórdido carril bici.

21.6.08

Si huele, es un hombre. Río de Janeiro.

En esto que quería ir a Copacabana pero no pudo ser. Palabras mayores, Copacabana. Como “consuelo” otra vez Santa Teresa y hacia abajo, claro. Santa Teresa es una especie de Barrio Alto de Lisboa doblemente alto, doblemente dificultoso. Llego a Lapa, que es la zona de los clubs (clubis en portugués) de la música brasilera de ahora, una mezcla de las rentas bossanovescas y quién sabe si semente de alegrías venideras.

Justo después de los travestís madrugadores juegan a reírse los niños y los viejos en puestos de venta ambulantes y vacilantes (los camiones de plástico rotos, una serpentina de alambique, la botella de Johny Walker vacía delante de una brasa con minipicanhas, morosos pinchos morunos de vaca). La calle es un trasunto atlántico de las argelinas o egipcias y supongo que de las tailandesas o de las vietnamitas. Huele a sardinas delante del cartel de chapa de “Habitaçao para cavalheiros”. Los unos, los otros y el edificio entero resultan de portada de disco de música latina o, todavía peor, de un clip sobado como las sábanas de las habitaciones. Felizmente, como una anunciación, o mejor, como una epifanía, aparece el Parque de Flamingo, el resto europeizado de un desaparecido “morro do castelo”, que permite el disfrute gozoso del espacio y del transcurrir con distracciones ciertamente menores: unos niños juegan al fútbol sobre el césped, la pareja que dejará de hablar en breve, la conversación de cuatro o cinco. El piso es de tierra. La iluminación es débil. Un montón de arena y unos plásticos anuncian un leve obstáculo. Lo que parece más tierra y sobre todo más plásticos se mueve y hiede mucho antes de cruzarlo. No me incomodo, no estoy solo, no es ninguna aventura. El olor es feroz, puro amoníaco. Vuelvo jadeando o jadeante mientras saco brillo a las vías del sudoroso tranvía amarillo y rojo.

PD: Sea el espíritu mentiroso de “toudo isto” para mis dos obligados lectores copacabanenes y a mayor beneficio de la magna idea del Consultorismo Tropical, que podría o debería ser un complemento a lo que viene abajo:

18.6.08

Misericórdia''. Rio de Janeiro



- Misericórdia¡¡¡

Sorteo subidas y bajadas espeluznantes y tal que una visión mariana aparece el Sambódromo, tremendo bloque de hormigón cortado por la mitad por una carretera. Es una mezcla entre el Duomo de Bolonia, capado en su extensión por los celos del Papa que pensaba que iba a ser más grande y más largo que San Pedro y el Canódromo Meridiana donde ibamos a pasar tardes de pipas y cigarrillos REX robados.

- Deus me livre¡¡¡¡

He subido y he bajado cuestas espeluznantes mientras oía un canto militar: un grupo de reclutas entrenaba fusil en mano. Su instructor llevaba el lema de los militares contemporáneos: "corrida da pai". He esquivado un autobús con el mismo instinto asesino que los camiones de basura nocturnos ("carros de merda" en un chiste infantil) de Barcelona

- Nossa¡¡¡¡¡

Mientras miraba el suelo para evitar los raíles del tranvía, veía mis pies y también mis manos heladas en una mañana de un invierno nevado y sin luz en Pest, el barrio alto de Buda, imagen especular de la ciudad tropical, extraño mojón en medio de la llanura europea.


NOTA BENE: Una pregunta asolante
¿Derrengarse por las cuestas del barrio de Santa Teresa o de la favela do Plazer en Rio de Janeiro es una muestra más del turismo experimental, esto es, la capacidad de hacer elecciones arbitrarias en la visita de las ciudades para ordenar tu itinerario?
Río de Janeiro. 18-06-08

17.6.08

Endless Europe. Bruselas



El urbanita urbanista me cuenta que el parque del Cincuentenario de Bruselas nació con voluntad y ambición de presencia y memoria y que justo es reconocer su majestuosidad. La munificiencia de su promotor, el rey Leopoldo, tiene en su origen las hipérboles de hace dos siglos. Antes de llegar paso delante del edificio de la Comisión Europea a través de la plaza que lleva el nombre de su promotor, Robert Schuman y recorro el camino de la paradoja, de la ironía o del escarmiento histórico entre unas visiones y otras.

Noto que la comparación huele a periodismo de salón o a relato de revista de las compañías aéreas.

El del Cincuentenario es más largo y más ancho que mi habitual y masónico Parc de Bruxelles. Hay más variedad, sí, pero prefiero pensar que estoy encima de una construcción esotérica o secreta que sobre la consecuencia del estrago. Mi voluntad matinal es proporcional al rendimiento que ya no obtengo. Con paso tranquilo, disfruto del junio lluvioso y del flujo mental barato y me digo que podría documentar un poco más los parques en los que andamos.

Escribo en papel, bajo los efectos de un momento único, en el avión que va de Barcelona a Lisboa y mientras tecleo y corrijo en el que me lleva a Río de Janeiro, lo que leo me suena pretencioso y exhibicionista pero me digo que qué habrá de malo en tener la voluntad y la ambición de sostener una mínima memoria y en hacer recomendaciones como las que niegan los filósofos malditos:

¡Expresaos, oh masas alienadas!

3.6.08

A l'abordatge


Lunes. Más de 800 voces de niños/as cantando en coro un motín piratesco que se repite cada año afortunadamente. Una de ellas mía. Entre las babas asoman olvidadas sinceras comuniones y, aunque sólo sea por unos momentos, alguna esperanza de que esto no estará tan mal.

Al mediodía, tengo el inmenso honor de que mi otra hija me acompañe con su patinete y me proteja como siempre bajo la mirada y el objetivo de su madre. El cielo está tapado y el azul del mar es casi negro pero necesito mis gafas de sol. No voy a cansarme mucho y disfrutar del privilegio del día. Quiero retener los detalles pero se diluyen entre la luz blanca.
Sólo quedan sensaciones sobreexpuestas.

31.5.08

Pasos en el vacío

Por la mañana paso sobre el puente de Mühlberg. Salva una antigua cantera, ladera ahora de higueras y chumberas. Verde descuidado sobre una blanca calva. A la izquierda ahora Barcelona: todo ya dicho. Debajo, mis pies empiezan a hacer crujir el piso de listones de madera. Es el ruido de la navegación antigua, las jarcias, las arboladuras y ese vocabulario y ese conocimiento de que no disponemos. Entre la madera veo el mar sosegado de matorrales. También oigo el metal desacompasado del borde del puente.

Vuelvo al cabo del rato por la otra punta. Sigo navegando con el vacío a mis pies. Sólo oigo mis pasos sobre la madera y el hierro. Fusta es madera en catalán y una pequeña embarcación de uno o dos palos. Sólo oigo mis pasos sobre la fusta. Decido desinsimismarme y buscar una ilustración ad hoc.

Encuentro una imagen que me parecía de una fusta. Descubro que la barca cumplía además con funciones de exploración. Leo con atención la fuente y me doy cuenta que no es una fusta sino una representación de la carabela Santa María en tierra americana. Colón explica cuando llega a Castilla que los indios van en canoas, que será la primera palabra que venga del Nuevo Mundo, y para explicar cómo son las compara con las fustas. La Diputación de Huelva es la que se encarga de publicar su relación y comentarla. Sobre la playa de Huelva está el galeón (¿será otra fusta?) descubierto y citado hace unos meses aquí. Aquel fue un día de negros escalofríos y gratitudes irremediables. Hoy no. Hoy es un día de pequeñas exploraciones y pequeños descubrimientos.

25.5.08

On the rocks.

Sábado mediodía. La comida semicopiosa, pero rica. Primero, segundo y postre. Botella de vino a medias. Después el whiskito. Siesta o dormitaciones ante el televisor. Un desperezamiento complicado, lento. Los pantalones, la camisa, los calcetines. Vuelta a un recorrido habitual. Tiempo limitado. La obligación, el prurito, la costumbre, el deber. Mantener. Cumplir con la media semanal. Lo corto se hace largo. El eructito o aquello que vuelve. Una cierta nebulosa. La boca seca. Síntomas habituales en ruta. Retorno. La ducha. The real thing. Sábado noche.

17.5.08

Campos de Castilla


Los molinos que son ahora ruedas de viento no muelen más que el aire que pasa a su alrededor en los cuatro parques eólicos que como refugio temático de lo medioambiental y reciclable van inundando los paisajes. Los gigantes son las torres eléctricas que dejan su destello negro en el negro paisaje de Castilla. Las lomas y los campos son rectas y falsos llanos, largas bajadas y largas subidas también en un paisaje que no es tan monótono como se anuncia, es que simplemente la variedad aparece en intervalos mayores. El aire seco aventa la espléndida visibilidad en todo momento.

Así ocurre con los pájaros, que es donde de manera más conspicua aparecen, variedades ornitológicas que hacen olvidar al gorrión y palomas urbanos y que traen otros tiempos de menos uniformidad natural, espacial y también mental.

La perla del sudor se estrella contra el campos de entrenamiento de los mejores atletas y ciclistas, que son los del centro y del norte de España. El Mariano Haro de nuestra infancia, ahora convertido en alcalde perpetuo, mientras juega la partida de la tarde, recuerda sus finales perdidas en los primeros años de la democracia. Mario Haro es el fundador catódico del arte de correr patrio, que se cifra en quedar detrás de los que ganan.

Castilla son pues pieles, huesos, nervios y músculos finos más polvo imperial e hidalguías lejanas.

Ahora yo corro en la mañana de verano y me cruzo con un agricultor, que fuma en su tractor con cabina y aire acondicionado. Gracias a él, Castilla no se despuebla del todo. Gracias a mí, aún se mantiene viva la llama en agosto en los pueblos moribundos. La pretensión de salvarse sólo con el románico aparece como una gesta vana, de segundones que se quedaron en la tierra de los unigénitos.


En un pueblo de Palencia (10-08-04)

16.5.08

Barcelona ja no és bona o mi paseo solitario en primavera

Gil de Biedma escribía poemas en los Consejos de Administración de Tabacos de Filipinas, supongo que bajo las órdenes de aquel presidente del Espanyol, Manuel Meler, de eterno veguero. Salvando las distancias abismales y con el debido respeto, a mí me toca pergeñar esto que ves en reuniones cuyo contenido se resume en la nota a pie de página.

Corría hace dos domingos entre el matinal tránsito apagado, el cese del ruido y el movimiento amortiguado, y me dirigí hacia la Sagrada Familia, el más ilustre de los desprecios barceloneses, recolectando detalles en las esquinas, en los bares, en los carteles y en los árboles de lo que queda y de lo que ya no está: el bar del pariente lejano, el lúbrico cine de Virgen de Montserrat, el nombre perdido de los 15, el tranvía eléctrico y metálico que retumbaba sobre los adoquines.

Bajando hacia el templo el reconocimiento se transfigura por mor del brío colectivo, las referencias son entonces otras, mucho más cercanas pero ni tan nítidas ni, permíteme el adjetivo, tan evocadoras. La Barcelona de la cuadrícula, la que dice mantener a las otras barcelonas con su plaga de clases medias, es un territorio de paso profesional. Tiene el rictus congelado hace tiempo, desorientada.

En Gràcia ya sube claramente el porcentaje de ciudadanos y ciudadanas que llevan un diario pagado bajo el brazo o que lo leen a pesar de las tímidas gotas. Su norte, el norte de Gràcia, es la menestralia especular del Carmelo. El norte de Gràcia es la menestralia especular del paseo de Gràcia, aunque puede no ser así. Aún sigue siéndolo (la menestralia carmelí).

Hoy el recorrido ha sido muy diferente a los habituales pero todo había sido pisado antes. Empiezo a necesitar otros sitios .

Barcelona, 18-05-08


Nota del vocabulariorecogido en la reunión citada de 18:45 a 18:58 h.: youtube, slideshare, artículo descendiente, cápsula, twitter, wikipedia, indexar, contenido, contenido asociado, blog, navegación, caja de referencia, el padre y los hijos, profundidad 3, microtwitter, artículos relacionados, subartículos, flash, tipo, categoría, canal, tag, comunidad, estructura de información y me cansé.

10.5.08

De visita,como si dijéramos. Madrid



"De visita, como si dijéramos" es lo que hacía Carmen cuando iba a Roma a visitar a su hermano. Esto es lo que yo que hago cuando me pongo el pantalón corto y salgo entre las calles o entre los parques. Ocurre que a veces las visitas se repiten y entonces lo que hago es recorrer, como me pasó en el Buen Retiro el mes de abril. De eso iba a ir este texto,pero no va a ser así.

Aunque no lo parezca, aquí no hablo de mí, sino de ese que corre y esa fue la intención inicial del Túnel de Cristal. Últimamente ese estaba exhausto y por eso no escribía. Pero he aquí que en dos semanas recibo mensajes de sendos amigos donde sin sutilezas apelaban a mi vaguedad blogera. Mejor dos que cero, ¿no?

¡Ah, el público inmisericorde, la inmensa minoría que celebran los hipócritas y los henchidos de sí mismos!

¡Horreur, mamá, tengo un compromiso para con un público!

Grave responsabilidad que voy a atajar con una firme decisión que pongo por escrito: cada semana de aquí al mes de marzo del año que viene irá cayendo una breva actual o pasada para disfrute de los lectores, enseñanza a los legos, ilustración a los ignorantes, redención a los perdidos y conmiseración a los piadosos.

De visita, como si dijéramos, vaya, la inmensa legión de lectores seguirá siendo abrasada por el temple de mis cogitaciones leves.



Mayo 2008

24.2.08

El camino de los bivalvos. Punta Umbría. Huelva



Ha bajado la marea y deja un rastro de cárdenas conchas que enlosan la arena. Los esqueletos son pisados con celo. La línea corre paralela al agua y a la duna, en móvil simetría. El sol ha caído al fondo, abandonado tras la madera podrida del galeón del siglo XIV o XVI, recién aparecido. No hay nadie, no hay ni luz artificial en treinta minutos rapsódicos. La paralela es dibujada por la distancia entre la plenitud y el acecho oscuro del mar y de la noche. Un negro escalofrío alumbra la mezquindad autobiográfica. El miedo real y el gozo real van sepultando los cadáveres de los moluscos. Pasa el tiempo prestado cuando la luna sale entre tinieblas y se aproxima el final. Ha habido al inicio algún paseante, algunos pescadores acompañados de un perro, todos lejanos. Ha habido una mujer descalza andando en la orilla. Ha sido un día de una gratitud irremediable.


4.2.08

Pisaje y paisanaje. Quito, Ecuador


Salgo hacia el parque de la Carolina. Llueve en el invierno de Quito. El invierno es la lluvia en el ecuador. Ya en la calle, a cada edificio el piso cambia como si el arquitecto quisiera prolongar los engendros construidos más allá de sus empujes verticales. Un tramito es de asfalto, otro de baldosas rotas, otro es directamente el recuerdo de una pista de patinaje. Vigilo los charcos con mis gafas empañadas y empiezo a circunvalar el circuito de la Carolina, anegado de manera regular cada 300 metros. Cuando reconozco los embalsitos alzo la vista y veo que con quien me cruzo, sea él o ella, me mira a los ojos, en catalán dicen de “fit a fit”, sin escrúpulos. Los policías que entrenan en las pistas o en una especie de minihipódromo que hay en el parque, no.
Los eucaliptos, que después vi multiplicados en el camino hacia Otavalo despiden su aroma a chicle de clorofila de manera bárbara (pronúnciese la á tónica como los estadounidenses lo hacen con la palabra bar).Se confunde el olor con el perfume matinal excesivo de otros. Adelanto a dos mujeres con paraguas largos, italianos sin duda sin duda y ahora plegados, pero rítmicos en su acompañamiento. Es posible que la altitud me esté subiendo las pulsaciones.
El día siguiente es claro. El parque se llena esta vez de practicantes deportivos. Aparte de las réplicas personales multiplicadas en género, edad y ritmo de la jornada anterior, veo zumbar a ecuatorianos de aspiraciones atléticas y rostros desencajados y me espanto de mi lentitud. Está claro que no es un problema de pulsaciones ni del mojado invierno quiteño. Tampoco el suelo o la temprana hora tienen la culpa. Cada vez estoy más persuadido que es un problema de alimentación.

18.1.08

Tur. Oslo

Sostiene Per que los padres enseñan a andar rápido a los niños en Noruega para que no pasen frío, cosa razonable aún en tiempos de cambio climático. Sostiene también Per que los domingos los noruegos se van en familia a andar largas tiradas y que después, rendidos, se entregan a una opípara comida. Su amigo y compañero Markus, que es por lo visto más urbanita, dice que lo de Per es una rareza y que eso, a lo que llaman Tur, no lo hace nadie. Yo, a lo mío, rapidín a lo sumo por el margen del río Akerselva, que es ahora un canal ancho, limpio y bravito, habitado por patos y jalonado con cataratas. Antes era un pozo de polución y la divisoria social de la ciudad. Pudiera parecer que lo que se me iba a quedar de esta ciudad era alguna de sus alegrías naturales: este río, el fiordo o las montañas que le rodean.

El parque de las estatuas o Parque de Vigeland es el único parque inquietante que conozco por causas metafísicas. Bajo una luz dickensiana atravesé sus rectilineos senderos, coetáneo el parque al arte de los soviets y de los fascios, vigilado por estatuas y estatuas a tamaño natural de hombres,mujeres y niños desnudos. Más hombres que mujeres y más hombres juntos que hombres y mujeres juntos. El final es el medio, el centro: escaleras en círculo sobre el que se erige un falo de cuerpos en contoneo espiritual. Las estatuas nos quieren interrogar o ilustrar sobre la condición humana. La risita inicial es después un gélido rictus. Es mejor salir de allí, caminar rápido, cansarse.

16.1.08

Ufanías

Ufanía como epifanías. No tengo conexión y no puedo comprobar en el diccionario online si la palabra del título existe. Parece que sí puesto que no lo delata el corrector. Epifanía como ufanías. Eufónico y epifónico. Epifónico sí que es corregida. Online en cambio no.
Van Morrison. Después de no sé cuánto tiempo, Days Like This. Las letras se aclaran o se esclarecen como el amanecer en la ciudad. Habla o canta sobre las esperas de la amada en la tarde, de su oficio de letrista, de ser orgullosa y humildemente un escritor de letras, del amor y del desamparo y de más cosas que mi memoria de pez sepulta. Sigo los estribillos de todas las canciones y canto en alto. Tengo dolorida la rodilla, la espalda y el talón. No apoyo bien el pie. Corro más lento pero más feliz que nunca. Por fin descubro donde está la traducción del temple torero: en el deslizar de los pies armoniosamente con el propio ánimo, en la ausencia de balbuceo, en la fluidez del ritmo interior y exterior. “ I am on fire”, pero de manera diferente al cantante. Soy dichoso una vez detrás de mis auriculares. Lo peor o lo mejor es que no hay una relación causa efecto en esta transmudada comunicación o comunión íntima. Por suerte no se me ocurre repartir abrazos aunque me acuerde de los míos y de quienes importan, etc.
Para quien lo ha visto o experimentado, siempre es inquietante la entrada del padre o la madre a la meta de las carreras con sus retoños después de meses de sufrimiento consentido, rehenes del tiempo escatimado por no se sabe bien qué recompensa. No es eso, no. Hoy, justamente hoy, "I am on fire" por la fraternidad cósmica y por las eufonías, aunque las palabras no existan o no sean comprendidas. Un día es un día, un día como este.

1.1.08

Paradojas frías. Copenhague


Aunque ya habíamos estado, no me di cuenta de la cantidad de gente que corre, corre y corre a todas horas en Copenhague. Las roderas de los parques, los carriles bicis y las aceras están llenas de personas uniformadas en mallas y cortavientos fluorescentes que se cruzan con ciclistas a -2, -1, 0, 1 o 2 grados de temperatura. Hay tiendas especializadas a cada poco. Los y las daneses y danesas son rubios ( ninguna novedad) estilizados y practicantes genuinos. Fuimos por Hellerup a buscar el mar del Norte el día 31 de diciembre por la tarde. Entonces no había nadie: ni ciclistas ni corredores. Dos pringadetes contra el viento húmedo y racheado. No nos cruzamos en una hora más que con tres personas (eran morenas). Nos imaginamos que todos los practicantes estaban en su casa tirando cohetes e iniciando el largo camino hasta la resaca final. Después de nuestras uvas radiofónicas de postguerra, el paisaje del cielo y el de nuestros oídos era como una noche de San Juan coordinada brillantemente. Vimos todas las variedades de artificio a la misma altura y longitud visual de las 0.00 a la 1.00. Nos fuimos a dormir con la conciencia bien tranquila, en principio.