21.2.09

End of the story. Washington


Veo en la habitación del hotel a Gilbert Grape – Johny Depp preocupado por Arnie –Leonardo di Caprio y acompañando a su madre a la comisaría. Ella, que es una especie de monstruo por su gordura, hace el esfuerzo terrible de salir de casa para sacar a su pequeño Arnie de la comisaría después de una de sus trastadas. Camina hacia el coche sabiendo que el pueblo está mirando al monstruo. Johny Depp vuelve a casa orgulloso y preocupado, ella hundida. Ha hecho lo que tenía que hacer y sabe lo que se le viene encima.

Casi he cumplido lo que tenía que hacer. Está claro que no seré un héroe Perez-Revertiano porque ellos siempre se atienen a sus propias reglas. Por eso no somos héroes sino currelas, pero lo hecho, hecho está. Se acabó la obligación escrita en el frontispicio: "Cada semana y hasta marzo 2009 irá cayendo una breva actual o pasada para disfrute de los lectores, enseñanza a los legos, ilustración a los ignorantes, redención a los perdidos y conmiseración a los piadosos". El túnel de cristal será ahora la combinación de dos palabras risibles: un “repositorio” de escritos sobre lugares, correr y escribir y de lo que se me antoje y una “cartografía” de los sitios por los que he pasado. No hay más obligación ni más compromiso temporal, espacial o sentimental. Definitivamente, no es un blog sino un diario de carreras con ínfulas.

Tengo la intención de ver la superestatua de Lincoln en poco minutos y descubro por casualidad la intuición de ayer: el primer superhéroe americano . Ayer ví la de Jefferson, que parece una fatua imitación de las del Planeta de los Simios. Ambos son hombres de grandes y campanudas palabras (libertad, compromiso, sacrifico) que entiende todo el mundo y que dicen seguir estos americanos. Me quedo con Gilbert Grape (“we can go anywhere, if we want”) y su madre (aunque quizás sería mejor con la guapísima Juliette Lewis, puestos a pedir).

PD: “End of the story” es la expresión favorita del gran capullazo Tony Soprano para zanjar cualquier posible discusión. Pronúnciese con el ceño bien fruncido, mala leche y y ejecútese con un movimiento rápido de la mano izquierda en el que el dedo meñique erguido se muestre imperial.

19.2.09

Yes, we run. Washington


Perdóneseme el oportunismo de la frase pero es bien cierto que in illo tempore (long time ago) me repetía un mantra “Juan, you can”, “Juan, you can”,”Juan, you can” para motivarme y subir a las colinas de mis barrios o apretar los dientes cuando no me quedaban fuerzas. Me olvidé después durante cierto tiempo de la cantinela hasta que volvió a aparecer (vino pura, vestida de pureza) en los momentos de máximo esfuerzo… Su adaptación a los nuevos tiempos, luce aparente, “Yes, we run”.

Como era de esperar, no era el único que merodeaba en medio de ese fantástico decorado de películas y de noticieros que es el National Mall (la Casa Blanca, el Capitolio, el monolito memorial de la segunda Guerra Mundial, la sede del FBI) . Estadísticamente hay más corredores con pantalones cortos que con largos a pesar del frío de la mañana y de la estación. Comparo mi trayecto habitual hacia el Parc de Bruxelles y la capital de Europa empequeñece y se embellece a partes habituales. El imperio americano tiene el mismo destino que el que quiso construir Leopoldo, pero quiere creer que no será así y mantiene la esperanza en forma de pins, imanes, facsímiles de portadas, camisetas y mecheros de su presidente. “Yes, we run”.

Mi corazón se sobresalta al llegar a la Library of Congress (ver foto). Después de 20 años de oír su nombre en casa me doy cuenta de que está aquí. Hay una exposición sobre Lincoln, el primer superhéroe norteamericano. Por la noche coincidí con un abogado (A.P.L.) que decía representar a bibliotecarios y educadores en los comités legislativos sobre propiedad intelectual. Era tan igual (por edad y fisonomía) a un allegado de vida conscientemente disipada, que me estremecí. Decía haber representado también en una demanda por apropiación indebida de su biografía a Sam Moore, el de Sam & Dave, del sello Stax, en Menphis. El de la canción “Soul Man”. Esta vez me estremecí aún más. Bibliotecarios y cantantes legendarios representados por el mismo individuo. Me habló con admiración de la exposición sobre Lincoln pero yo ya estaba en otra parte, anticipando Rock Creek’s Park, el destino de hoy. “Yes, we run”.