11.12.08

El embudo. Vielha

Voy desde Baqueira a Vielha. El camino es hacia abajo. Engaña la aparente facilidad del paso y de los tiempos intermedios. No se sabe si es preferible ir más rápido o controlar. Correr más rápido o correr de manera regular. Es ese el dilema del embudo. El camino va junto al río. Siempre hacia abajo. Las escasas subidas son engañosas porque detrás de ellas sólo queda la bajada. El sol de invierno prueba de calentar, pero no puede ir más allá del intento. Los coches pasan de frente a más de un metro de distancia. El camino es seguro pero en una rotonda uno pasa muy cerca. Tengo una cierta urgencia por llegar. Es cierto que los músculos, no acostumbrados a tanta bajada, se resienten. No llegaré nunca al umbral óptimo de trotar y desaparecer, trotar y gozar. Mi cabeza y mi estómago perciben el embudo. Las montañas están engulléndome como desde el inicio de todo esto.

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