22.12.07
Las manadas. Barcelona
18.12.07
A la izquierda, Bernini. Roma
Este a la izquierda es Bernini. A todo el mundo le suena tanto como Borromini. En tiempos eran una pareja popular y admirada en la Roma del barroco. Se dedicó a crear edificios y esculturas magníficas. Pintó su cara y vio la vida sobre ella. Yo había andado ese día cerca de San Juan de Letrán bien pronto. En la exposición romana dedicada al artista se citaba a Montaigne, el que se fue a su casa a pensar y a escribir y a vivir. Que se sepa ni uno ni otro se dedicaban a otra cosa que a sus pasiones. Y ambas les dieron conocimiento y serenidad.
y la solución
"Soy partidario de que se trabaje y de que se prolonguen los oficios de la vida humana tanto como se pueda, y deseo que la muerte me encuentre plantando mis coles, pero sin temerla, y menos todavía siento dejar mi huerto defectuoso"
Y perlas como esta sin parar, con tranquilidad y simpleza: inteligibles como la cara de Bernini y el trazo del tiempo en su rostro concentrado y lejano, soñador como el propio Montaigne decía de sí mismo.
¿Qué coño hacen estos aquí me pregunto?
¿Justificar los momentos turismo del personal? ¿Justificar los momentos existenciales del personal? ¿Justificar los momentos pedantes del personal? ¿Justificar los momentos ensoñación estética del personal? ¿Justificar los momentos vergüenza ajena del personal? ¿Justificar los momentos ferozmente tranquilos del personal?¿Justificar los momentos los tengo ahí cerca y me dicen cosas y no tengo tiempo, ganas ni disposición de oírlos? Me gustaría hacer un panel de esos de votaciones para determinar la respuesta a la pregunta.
12.12.07
La joie de vivre. La Mina
El título es en francés pero el recorrido es por la Barceloneta y la Mar Bella hacia La Mina. La misma dirección que seguía el Camarón cuando acababa su concierto en el Palau de la Música y los gitanos le esperaban en bar "El Boquerón de Plata", en La Mina, a que les regalara un rato de fiesta y también de arrobamiento.
El mar se agita y los windsurfistas lo aprovechan. El sol pálido mece un leve viento o el pálido viento mece un leve sol. Soy saludado contra la costumbre por varios practicantes. Tengo a José Monje en los oídos y en las piernas. Me dolían el tobillo, la rodilla y los putos isquiotibiales derechos pero desde que he empezado no noto nada. El flamenco y hasta el flamenquito de algunas de las canciones me ensimisma y me encimisma. Intento recordar mientras corro algunos de los versos para incrustarlos aquí, pero mi memoria es como la de un octogenario. Es igual, son los tópicos de siempre: el dolor, la alegría, el amor. Hoy he corrido y me sentía inundado de un bienestar rítmico y canoro.
Ahora me hago preguntas retóricas: ¿Es esto que hago otra de las modalidades del hedonismo? ¿Haremos recuento de recorridos como quien recuerda sus vinos y licores, sus habanos o sus fazañas de dormitorio?
Y ahora la respuesta retórica: cuando era pequeño odiaba el flamenco, el olor del licor y el humo de tabaco de mis mayores de la misma manera que la cutrería que me rodeaba. Todo lo que detestaba antes hoy lo abrazo con pasión. Lo del correr, en cambio, es diferente.