22.10.07

Las choquezuelas


Así es como llamaban el bueno de Sancho Panza y los de su siglo a las articulaciones. Esta mañana las padezco subiendo hacia el Park Güell. Noto algo más que una molestia en el tobillo derecho, la rodilla derecha y donde apoyo el pie derecho. Es casi dolor y también inquietud por la previsible inactividad posterior. No las quise sentir mientras hice la carrera de montaña de mi otra parte del barrio. Allí sufrí en las bajadas y disfrutaba padeciendo en las subidas en un día barcelonés de diáfana luz otoñal, fresco y soleado como el tópico literario o la propaganda de productos de salud. Keira Knightley me acompaña hoy en mi calvario. Me vé con su estupido mohín bélfico anunciando un perfume de Chanel en todas las paradas de autobús del recorrido. Estoy seguro que durante unos días todos los usuarios de autobús del mundo habrán visto a la pirata del Caribe tapándose sus verecundas partes e interpretando ese extraño gesto con la boca. He conocido a alguien, desdichada, que además ha osado incorporar ese detalle a su repertorio facial. Los resultados han sido esperables dada su fisionomía. Pero en el caso de la indudablemente guapa chica de nombre irlandés o galés, que no necesita de subterfugios para mostrar sus encantos, no me explico cómo su rictus tiene esa aceptación universal. Qui lo sa? Keira son mis choquezuelas izquierdas y Knightley son mis choquezuelas derechas, las knees globales en estado de descomposición o de regeneración, según se mire, claro.

10.10.07

El alma dormida. La Mar Bella. Barcelona.

Es un día del fin de septiembre o del inicio de octubre. Es mediodía y el mar y el horizonte son un inmenso salvapantallas. La amenaza de lluvia es un reclamo para la soledad. El rito del sudor, del sacrificio que será expiado,vuelve como cada año con el cambio del tiempo. Ya hace unos días de esto y no retengo los detalles excepto el frío escenario de los azules, el blanco, el negro y el gris y una clara sensación de extrañeza. He recorrido otras veces espacios metafísicos, lugares de abstracción, caminos y espacios cargados de estética o de historia. En la mayoría la mirada es una simple anécdota anodina. Ese día sentía el sufrimiento de la vida y de Juan y de su muerte. Pensaba en su mujer y en como ella, con su determinación, era capaz no tanto de superar el dolor como de ofrecer serenidad, limpieza, paz. Pensé que ella era la sensación de ese fugaz momento. Pensé que ella nos estaba diciendo qué hacer y cómo hacer fuera del insólito escenario.
Purificación.

Mar Bella – Barcelona (sept-oct 2007)