25.6.08

Duelo al atardecer. Montagut. Girona


El carril bici, paralelo a la carretera comarcal, se ha construido sobre el camino de roderas de carros y tractores. Es un carril bici modesto pero digno: distancia europea e impolutos cedas el paso sobre el asfalto. Hay pivotes que hacen desistir a los demás vehículos.La fuente de diseño actual ahorma el agua de una fuente antigua. Hay sillones con vistas al horizonte y una vallita de madera para quitar el miedo. Es un camino civilizado que quiere comulgar con la lentitud de los lánguidos atardeceres. Pronto este camino se hará más grande y se enganchará a otros y a otros y a otros y las metrópolis tendrán un corredor para llegar a las reservas verdes en kilométricas y pausadas redes de asfalto para caminantes, corredores y ciclistas.

Veo a lo lejos un pastor, dos perros y su rebaño sobre una inmensa era y bajo la sombra de una nave industrial. No deja de mirarme desde que me ha visto. También yo le miro. No nos estudiamos ni creo que intentemos comprendernos. Simplemente no bajamos la mirada. Yo me siento extraño y hasta un poco avergonzado pero no quiero mirar a otro lado. Supongo que él tampoco. Llego al final del camino y esta vez sí le doy la espalda y empiezo a desandar el sórdido carril bici.

21.6.08

Si huele, es un hombre. Río de Janeiro.

En esto que quería ir a Copacabana pero no pudo ser. Palabras mayores, Copacabana. Como “consuelo” otra vez Santa Teresa y hacia abajo, claro. Santa Teresa es una especie de Barrio Alto de Lisboa doblemente alto, doblemente dificultoso. Llego a Lapa, que es la zona de los clubs (clubis en portugués) de la música brasilera de ahora, una mezcla de las rentas bossanovescas y quién sabe si semente de alegrías venideras.

Justo después de los travestís madrugadores juegan a reírse los niños y los viejos en puestos de venta ambulantes y vacilantes (los camiones de plástico rotos, una serpentina de alambique, la botella de Johny Walker vacía delante de una brasa con minipicanhas, morosos pinchos morunos de vaca). La calle es un trasunto atlántico de las argelinas o egipcias y supongo que de las tailandesas o de las vietnamitas. Huele a sardinas delante del cartel de chapa de “Habitaçao para cavalheiros”. Los unos, los otros y el edificio entero resultan de portada de disco de música latina o, todavía peor, de un clip sobado como las sábanas de las habitaciones. Felizmente, como una anunciación, o mejor, como una epifanía, aparece el Parque de Flamingo, el resto europeizado de un desaparecido “morro do castelo”, que permite el disfrute gozoso del espacio y del transcurrir con distracciones ciertamente menores: unos niños juegan al fútbol sobre el césped, la pareja que dejará de hablar en breve, la conversación de cuatro o cinco. El piso es de tierra. La iluminación es débil. Un montón de arena y unos plásticos anuncian un leve obstáculo. Lo que parece más tierra y sobre todo más plásticos se mueve y hiede mucho antes de cruzarlo. No me incomodo, no estoy solo, no es ninguna aventura. El olor es feroz, puro amoníaco. Vuelvo jadeando o jadeante mientras saco brillo a las vías del sudoroso tranvía amarillo y rojo.

PD: Sea el espíritu mentiroso de “toudo isto” para mis dos obligados lectores copacabanenes y a mayor beneficio de la magna idea del Consultorismo Tropical, que podría o debería ser un complemento a lo que viene abajo:

18.6.08

Misericórdia''. Rio de Janeiro



- Misericórdia¡¡¡

Sorteo subidas y bajadas espeluznantes y tal que una visión mariana aparece el Sambódromo, tremendo bloque de hormigón cortado por la mitad por una carretera. Es una mezcla entre el Duomo de Bolonia, capado en su extensión por los celos del Papa que pensaba que iba a ser más grande y más largo que San Pedro y el Canódromo Meridiana donde ibamos a pasar tardes de pipas y cigarrillos REX robados.

- Deus me livre¡¡¡¡

He subido y he bajado cuestas espeluznantes mientras oía un canto militar: un grupo de reclutas entrenaba fusil en mano. Su instructor llevaba el lema de los militares contemporáneos: "corrida da pai". He esquivado un autobús con el mismo instinto asesino que los camiones de basura nocturnos ("carros de merda" en un chiste infantil) de Barcelona

- Nossa¡¡¡¡¡

Mientras miraba el suelo para evitar los raíles del tranvía, veía mis pies y también mis manos heladas en una mañana de un invierno nevado y sin luz en Pest, el barrio alto de Buda, imagen especular de la ciudad tropical, extraño mojón en medio de la llanura europea.


NOTA BENE: Una pregunta asolante
¿Derrengarse por las cuestas del barrio de Santa Teresa o de la favela do Plazer en Rio de Janeiro es una muestra más del turismo experimental, esto es, la capacidad de hacer elecciones arbitrarias en la visita de las ciudades para ordenar tu itinerario?
Río de Janeiro. 18-06-08

17.6.08

Endless Europe. Bruselas



El urbanita urbanista me cuenta que el parque del Cincuentenario de Bruselas nació con voluntad y ambición de presencia y memoria y que justo es reconocer su majestuosidad. La munificiencia de su promotor, el rey Leopoldo, tiene en su origen las hipérboles de hace dos siglos. Antes de llegar paso delante del edificio de la Comisión Europea a través de la plaza que lleva el nombre de su promotor, Robert Schuman y recorro el camino de la paradoja, de la ironía o del escarmiento histórico entre unas visiones y otras.

Noto que la comparación huele a periodismo de salón o a relato de revista de las compañías aéreas.

El del Cincuentenario es más largo y más ancho que mi habitual y masónico Parc de Bruxelles. Hay más variedad, sí, pero prefiero pensar que estoy encima de una construcción esotérica o secreta que sobre la consecuencia del estrago. Mi voluntad matinal es proporcional al rendimiento que ya no obtengo. Con paso tranquilo, disfruto del junio lluvioso y del flujo mental barato y me digo que podría documentar un poco más los parques en los que andamos.

Escribo en papel, bajo los efectos de un momento único, en el avión que va de Barcelona a Lisboa y mientras tecleo y corrijo en el que me lleva a Río de Janeiro, lo que leo me suena pretencioso y exhibicionista pero me digo que qué habrá de malo en tener la voluntad y la ambición de sostener una mínima memoria y en hacer recomendaciones como las que niegan los filósofos malditos:

¡Expresaos, oh masas alienadas!

3.6.08

A l'abordatge


Lunes. Más de 800 voces de niños/as cantando en coro un motín piratesco que se repite cada año afortunadamente. Una de ellas mía. Entre las babas asoman olvidadas sinceras comuniones y, aunque sólo sea por unos momentos, alguna esperanza de que esto no estará tan mal.

Al mediodía, tengo el inmenso honor de que mi otra hija me acompañe con su patinete y me proteja como siempre bajo la mirada y el objetivo de su madre. El cielo está tapado y el azul del mar es casi negro pero necesito mis gafas de sol. No voy a cansarme mucho y disfrutar del privilegio del día. Quiero retener los detalles pero se diluyen entre la luz blanca.
Sólo quedan sensaciones sobreexpuestas.