12.7.07

Capella del Legato o Farnese. Bolonia


Salgo por la mañana a desentumecer o a sentirme vivo, activo y fuerte. No es lo mismo desentumecer que lo otro, recordemos, darlings. Lo importante es que salgo y aunque ni la calidad ni la intensidad son fuertes, he huido de la cama y de la visión matutina del encierro de San Fermín y he enfilado hacia los Giardini Margherita. Después, el trabajo en la tal Capella, escenario de cardenales y papas, artistas manieristas, descendientes de Napoleón y de declaraciones rimbombantes y ahora lugar ceremonioso o ceremonial de la ciudad. El día anterior una colega tomó uno de esos fantásticos aperitivos italianos junto a Umberto Eco en persona y pasamos delante de la residencia actual de Romano Prodi y el lugar de nacimiento de Passolini. Todo muy sobrio y natural. Ya en la conferencia a la que asistía vimos entrar a una ajada señora luciendo una especie de sol en relieve de plata sobre su pecho izquierdo. “Pettoresco” dijo el otro haciendo el juego de palabras mientras reíamos bajo el bigote. Podía haber sido en tiempos un modelo de las odaliscas de los frescos de Prospero Fontana, el pintor de la Capella. Y es cierto, por lo que me dijeron de ella, que se sigue sintiendo viva, activa y fuerte aunque la energía sea otra y la carcasa se caiga y los otros, nosotros, nos riamos. Pienso, mientras me tomo el café con su agüita carbonatada, que creo que ella no va simplemente a desentumecerse por la vida como yo por las mañanas, sino que ha ido siempre a por algo más que la Minerva pintada por el tal Fontana. Esta sí que nos saluda castamente en la foto, un poco aburrida.

Bolonia, 12-07-07

1.7.07

Los jóvenes diletantes


Antes de alcanzar la Carretera o Camí de les Aigües, uno de los templos, sino el máximo, de los corredores de Barcelona: un templo in extenso se entiende, con piso de tierra, agua más o menos regular, alguna sombra y vistas sobre el mar y la famosa ciudad, oía la radio en el coche. No eran las 9 de la mañana y cuatro contertulios elucubraban sobre las formas del amor y la evolución de las relaciones humanas. Se expresaban con voluntad literaria, esto es con alguna que otra palabra poco utilizada, echaban mano de citas, buscaban un cierto "epatamiento" y alguno hasta engolaba la voz al estilo Umbral. Eran jóvenes y se percibía que estaban en el proceso de “vivir de” o por lo menos de “ser considerados como” escritores. Eran inexpertos con los conceptos pero felices con la palabra. Al acabar mi ejercicio ya no estaban allí, eran otros los tertulianos. Yo estaba cansado y contento y me acordaba de ellos como de Chris Isaac, que me había acompañado durante mi trayecto. Un Chris Isaac en sazón, el del “Blue Hotel in the Lonely Highway”, el clip con la moza de la foto y la melifluidad atemperada. Pensé en los futuros escritores y en el cantante y en los sueños cumplidos y después me descubrí calculando mis ridículos registros. Me consolé pensando que había estirado bien y que al llegar a casa las pillaría en el desayuno y que dormiría del tirón. No me acordé de ninguno de ellos al conciliar el sueño pero aquí estoy dando cuenta a la mañana siguiente. La envidia es tiña verde o amarilla.

Camí o Carretera de les Aigües. Barcelona. 1-01-07