7.8.09

La malheur. Londres


Con esperanzas de iniciar mi "temporada", me aguardaba el tiempo del norte, caminos conocidos y días tranquilos. El origen del caballero inglés viene de la postración por sus rodillas: Knight-knee. He aquí que yo descubro mis orígenes nobles. El dolor me hace famosear (por las muñecas) en dos intentos que juzgue alentadores pero que resultaron patéticos. No sé qué tanto por ciento vacacional se ha ido al garete. No quiero ni pensarlo. El eubeo león de la izquierda, que acompañó en el comercio (rapiña) mediterráneo a sus propietarios por Siria o por Sicilia o por Túnez y que ahora yace tranquilo delante del jarrón exquisitamente decorado del s.VIII a.c. se ríe claramente de mi desazón. Recapacito: ni somos caballeros ni gentilhombres y por lo tanto el león, que es el símbolo reconocido del poder, claramente me ignora. Dice el otro*: "Toute souffrance est bonne ; toute souffrance est utile ; toute souffrance porte ses fruits ; toute souffrance est un univers". Apuro la copita de vino rosado de botella de tapón de rosca en el ferragosto londinense, destapo la cajita con los seis donuts (1,98 € al cambio) y procedo a esperar.

*Michel Houellebecq, Rester vivant. Méthode