3.6.08

A l'abordatge


Lunes. Más de 800 voces de niños/as cantando en coro un motín piratesco que se repite cada año afortunadamente. Una de ellas mía. Entre las babas asoman olvidadas sinceras comuniones y, aunque sólo sea por unos momentos, alguna esperanza de que esto no estará tan mal.

Al mediodía, tengo el inmenso honor de que mi otra hija me acompañe con su patinete y me proteja como siempre bajo la mirada y el objetivo de su madre. El cielo está tapado y el azul del mar es casi negro pero necesito mis gafas de sol. No voy a cansarme mucho y disfrutar del privilegio del día. Quiero retener los detalles pero se diluyen entre la luz blanca.
Sólo quedan sensaciones sobreexpuestas.

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