25.6.08

Duelo al atardecer. Montagut. Girona


El carril bici, paralelo a la carretera comarcal, se ha construido sobre el camino de roderas de carros y tractores. Es un carril bici modesto pero digno: distancia europea e impolutos cedas el paso sobre el asfalto. Hay pivotes que hacen desistir a los demás vehículos.La fuente de diseño actual ahorma el agua de una fuente antigua. Hay sillones con vistas al horizonte y una vallita de madera para quitar el miedo. Es un camino civilizado que quiere comulgar con la lentitud de los lánguidos atardeceres. Pronto este camino se hará más grande y se enganchará a otros y a otros y a otros y las metrópolis tendrán un corredor para llegar a las reservas verdes en kilométricas y pausadas redes de asfalto para caminantes, corredores y ciclistas.

Veo a lo lejos un pastor, dos perros y su rebaño sobre una inmensa era y bajo la sombra de una nave industrial. No deja de mirarme desde que me ha visto. También yo le miro. No nos estudiamos ni creo que intentemos comprendernos. Simplemente no bajamos la mirada. Yo me siento extraño y hasta un poco avergonzado pero no quiero mirar a otro lado. Supongo que él tampoco. Llego al final del camino y esta vez sí le doy la espalda y empiezo a desandar el sórdido carril bici.

2 comentarios:

Juan Antonio Domingo dijo...

Unas dosis de verde y oxígeno puro son recetas que olvidamos, a menudo, los tristes urbanitas.

Juan PEDREGOSA dijo...

Ya, pero cuando el verde y el oxígeno puro te viene empaquetado..