9.10.06

LLEGAR TARDE (26-03-06) Maratón – Barcelona


La primera vez que te pasas una estación de metro o de tren es la más necesaria y por lo tanto la más dolorosa. Teniendo que economizar fuerzas para correr kilómetros y kilómetros, tuve que empezar con un sprint, con sudores, y con nervios en el cerebro y el estómago. Por suerte tenía las tripas desahogadas, el agua saliéndome por los orificios varios. No es la mejor manera de enfrentarse a nada, pero es un modo natural de hacer cosas: tarde, con prisas, mal y con la sospecha de que no hay alternativa.
La vida como un carrusel.
La vida como un despiste pertinaz.
Pero corremos y corremos en la extenuación. Sufrimos por lo que después es gratuito porque nunca sabremos cuál es el valor de nuestro esfuerzo.
Hay que correr, corramos. Hay que vivir, vivamos. Hay que morir, corramos y vivamos.

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