6.10.06

IL PARCO DIL CASTELLO (14-5-05). Milán


La mañana del sábado amanece activa: 7 de cada diez transeúntes del parco dil Castello eran corredores o corredoras. 1 de cada diez era un transeúnte, alguien que pasaba por ahí. 1 de cada diez paseaba al perro (ninguno de raza agresiva, como si el porte milanés se trasladara al gusto por los animales y al descenso de la aprensión por sus congéneres). El resto, es decir 1 de cada diez, habían pasado una noche de temperaturas vivibles en el corazón de la Lombardía.

La mañana del sábado gira en torno al castillo y al parque de su alrededor. Restos del pasado navegable de Milán y de un patrimonio que había sido fastuoso se perciben también durante la falta de resuello matutino. Un cortador de césped casi molesta al intrépido practicante de tai-chi sobre la hierba: deja sus pertenencias confiado sobre un banco, lejos de su lugar de prácticas. Al cabo del rato, el carabinero del precioso bolso blanco de piel mira tranquilo el inicio de la procesión de familias, vestidas como para una comunión a un recinto próximo. Es una especie de ceremonia de graduación que se celebra con madrugones y con speakers que animan a la rendida concurrencia. Mientras aprovecho para trotar sobre dos carriles de losetas, deferencia especial para los ciclistas en días de lluvia y barro, y soslayando las preguntas existenciales de siempre, me pregunto a mí mismo si sabré llegar al hotel. El plan es sencillo, circundar el Duomo, pasar por las galerías Vittorio Emmanuelle, ver la Scala. Lo hago. Algunas miran mis piernas. He visto lo que tenía que ver de la ciudad en cinco minutos.

Lo más interesante es correr dentro de las galerías, sin duda, en una rara reminiscencia benjaminiana. Me guío por un trozo de mapa recortado. Estiro antes de llegar al hotel, me ducho, desayuno y cojo un avión. Paso páginas de tres periódicos. Hoy es un día pleno de primavera. La noche anterior nos llevaron a ver un cantante africano de éxito en un auditorio semivacío. No bailé. ¿Estaba concentrado por el ejercicio de hoy? Ayer era un día pleno de primavera. Hoy es un día pleno de primavera. Hay parques que sirven para hacer porcentajes. Unos corren, otros pasan, otros pasean, otros duermen. Los parques son esenciales para los días plenos de primavera. En algunas partes huelen las flores. Me duelen los isquios.

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