10.10.07

El alma dormida. La Mar Bella. Barcelona.

Es un día del fin de septiembre o del inicio de octubre. Es mediodía y el mar y el horizonte son un inmenso salvapantallas. La amenaza de lluvia es un reclamo para la soledad. El rito del sudor, del sacrificio que será expiado,vuelve como cada año con el cambio del tiempo. Ya hace unos días de esto y no retengo los detalles excepto el frío escenario de los azules, el blanco, el negro y el gris y una clara sensación de extrañeza. He recorrido otras veces espacios metafísicos, lugares de abstracción, caminos y espacios cargados de estética o de historia. En la mayoría la mirada es una simple anécdota anodina. Ese día sentía el sufrimiento de la vida y de Juan y de su muerte. Pensaba en su mujer y en como ella, con su determinación, era capaz no tanto de superar el dolor como de ofrecer serenidad, limpieza, paz. Pensé que ella era la sensación de ese fugaz momento. Pensé que ella nos estaba diciendo qué hacer y cómo hacer fuera del insólito escenario.
Purificación.

Mar Bella – Barcelona (sept-oct 2007)

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