16.12.06

Atlántico. Gernika. (14-12-06)


0 grados y la escarcha. Frío del copón, dice la recepcionista del Hotel Gernika.Subo hasta la pequeña iglesia de Triñe entre caseríos, ovejas, prados y colinas. Veo la ola de Mundaka.Mientras me sumerjo en el sanctasantórum visual vasco, noto los pies helados, la falta de guantes y las gafas empañadas cuando el viento en contra. Sólo troto pero aún así sufro algo. No he visto cuervos ni gaviotas ni cualesquiera de las aves acompañantes. El camino sobre la carretera es como el de Garachico sobre el atlántico byroniano. Me acuerdo también de Cork y claro está del frío de Ulm y del efecto de la niebla en Graz. Durante un rato, tras pasar la vía del Euskotren, corro sobre el lecho verde y blanco de un camino perpendicular. Siento un cierto resquemor y retrocedo. Tras el esfuerzo, vuelvo a Triñe y noto como un aliento en el cogote.
El sol de mediodía en Bermeo es bárbaro, los azules casi gazmoños.

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